Pasemos a la acción: prácticas inclusivas

12 El debate actual no es concretar y definir qué es la educación inclusiva, sino cómo hacerla realidad, cómo llevarla a nuestras aulas, cómo dar una respuesta educativa de calidad a todo el alumnado en el aula.

La verdadera revolución está en cómo conseguir transformar las prácticas educativas.

No es la primera vez que utilizo la metáfora del árbol para explicarlo, pero en esta ocasión solo me centraré en las prácticas, en el día a día en el aula, en qué debo hacer para que mi aula sea un aula inclusiva, en qué hoja de ruta debo seguir para dar una respuesta inclusiva, equitativa y de calidad a todo el alumnado.

Se trata, por lo tanto, de innovar para incluir, de cambiar nuestra mirada, de contar con todos y cada uno de los niños y niñas que tengo en el aula para lograr sacar siempre lo mejor de ellos, de hacerles brillar, de verles felices en el aula y sobre todo, de crear entornos seguros y acogedores donde quieran aprender.

4En las raíces, en la base de nuestras prácticas siempre está el Diseño Universal de Aprendizaje, con el fin de que en el propio diseño de la programación tengamos en cuenta a todo el alumnado, con el fin de evitar adaptaciones posteriores. La programación, igual que las raíces, permiten un anclaje firme. No se ven, pero son el sustento y la base de todas nuestras actuaciones.

Primera reflexión. Cuando preparo las clases que voy a impartir, cuando programo, ¿lo hago teniendo en cuenta a todo el alumnado? ¿Sigo la programación de los libros de texto que las distintas editoriales me ofrecen, programaciones descontextualizadas con mi realidad que me obligan a hacer adaptaciones curriculares posteriores? ¿Programaciones tipo que no tienen en cuenta el Diseño Universal de Aprendizaje? ¿Que no conocen mi contexto, mi realidad, mi aula? ¿O por el contrario tengo en cuenta desde el primer momento toda la diversidad del aula y hago mis propias programaciones? ¿Enriquezco diariamente mi programación? ¿Tengo en cuenta que hay distintas formas de aprender y por lo tanto distintas formas de enseñar?

En la programación del aula debo preparar no solo actividades obligatorias; así pues, en la misma programación debo tener en cuenta a todo el alumnado y planificar ya actividades voluntarias que puedan realizar mis alumnos y alumnas, actividades que varíen las exigencias y les hagan profundizar, saber más, expresarse en múltiples medios… ¿Lo hago realmente?

¿Creo un clima de apoyo y aceptación en el aula ofreciendo opciones que reduzcan la incertidumbre? ¿Cómo implico a todo el alumnado en las actividades?

8El tronco es un elemento imprescindible en el árbol, pues es el que soporta las ramas. En nuestra metáfora, el tronco es el aprendizaje activo que supone básicamente un cambio en el rol del profesorado y del alumnado. Un aprendizaje con metodologías activas: aprendizaje basado en proyectos, en retos, en problemas, en tareas o en aprendizaje por descubrimiento, que permitan al alumnado crear y producir contenidos, no solo consumirlo.

Y, como no podía ser de otra forma, de la mano de un trabajo en equipo, donde la colaboración sea una realidad y por supuesto de un cambio en la evaluación; es decir, llevando a cabo una evaluación auténtica que forme parte del propio proceso de aprendizaje y de la que ya he hablado en otras entradas.

Segunda reflexión. ¿Qué rol tiene mi alumnado en el aula? ¿Permito y fomento el trabajo en equipo? ¿Busco actividades para que todo el alumnado brille en el aula? ¿Pongo en valor el trabajo de todos y cada uno de ellos?

¿La evaluación es un proceso unidireccional o permito la participación del alumnado en la misma? ¿Diferencio evaluación de calificación? ¿Cómo trabajo la metacognición? ¿Y las funciones ejecutivas, las tengo en cuenta?

Imagen 1¿Y en las ramas? En las ramas está el enriquecimiento para todo el alumnado.

En las ramas encontramos modelos pedagógicos, como flipped classroom, o tendencias educativas, como la gamificación, la realidad aumentada, el uso del móvil, de las tecnologías de la información y de la comunicación en el aprendizaje, o todos los procesos cognitivos relacionados con la importancia de enseñar y aprender a pensar en las escuelas, el aprendizaje basado en el pensamiento,  el pensamiento computacional, el pensamiento visual, el pensamiento de diseño…

Tercera reflexión. ¿Creo situaciones de aprendizaje ricas y variadas para todo el alumnado o me baso en situaciones memorísticas que recuperan la información que previamente hemos almacenado? ¿Utilizo habitualmente el enriquecimiento en el aula? ¿Este enriquecimiento es para todo el alumnado?

La #RevoluciónInclusiva en las aulas pasa por un cambio de rol. El profesorado será ahora el facilitador del aprendizaje y el alumnado asume un papel activo que crea y produce.

Vídeo de la metáfora del árbol en las prácticas inclusivas.

 

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Redefinir nuestro papel docente para cambiar las prácticas en el aula. ABP.

En otras ocasiones ya he hablado de la necesidad de reflexionar sobre nuestras prácticas docentes, de la necesidad de redefinir nuestro papel docente para cambiar las prácticas en el aula, de tener una visión más holística de la educación así como de la necesidad de «desfragmentar el saber», de apostar por un conocimiento integrado que permita contextualizar los saberes, desarrollar competencias, fomentar el trabajo en equipo, personalizar el aprendizaje, eliminar barreras; en definitiva, que permita incluir a todo el alumnado en el aula, de forma que todos y cada uno de nuestros alumnos estén presentes, participando y obteniendo logros, sin currículos paralelos y sin «sacarlos» del aula.

Aunque asociemos el ABP a la innovación, la escuela de Alejandría ya unificaba en sus enseñanzas los saberes de la aritmética, la gramática, la medicina, la geografía, la música y la astronomía.  A principios del siglo XX, John Dewey y sus ideas sobre la necesidad de experimentar -suya es la frase «Aprender haciendo»- influyeron en el método de proyectos de Kilpatrick, que es el origen del ABP.  Así pues, y parafraseando a Fernando Trujillo, «El Aprendizaje Basado en Proyectos NO es una innovación en el sistema educativo, aunque pueda serlo para un centro o para un docente en particular: el ABP es una estrategia metodológica con más de un siglo de historia, cuyas fortalezas y debilidades son bien conocidas y que ha sido utilizado –de diversas maneras, pues es una estrategia abierta– por un sin número de docentes en las más variadas situaciones» y que yo invito a conocer.

Trujillo (2015) nos habla de los elementos esenciales para el ABP donde se observan los ocho elementos esenciales para ABP:

  1. Contenido significativo, real y cercano.  El ABP contextualiza el aprendizaje.
  2. Necesidad de saber. La neurociencia nos explica que “aprender empieza por una curiosidad, por querer saber, por acercarse a lo desconocido (…)  La forma más directa de captar la atención es a través de la novedad” (Forés, y otros, 2015, pág. 50) Por medio del ABP provocamos esa necesidad de saber con un título sugerente, con un espacio decorado, con un vídeo, una pregunta…, que sorprenda y asombre a nuestros alumnos.  José Ortega y Gasset decía: «sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender».
  3. Una pregunta que dirija el proyecto y que provoque esa necesidad de saber.  “Para aprender se requiere ese estímulo inicial que resulte interesante y nuevo” (Mora, 2013, pág. 74).
  4. Voz y voto para todo el alumnado. El ABP es una metodología inclusiva y, como tal, permite que todos y cada uno de los alumnos tengan algo que aportar.  Fomenta además el trabajo en equipo, así como la autonomía del alumno, que puede decidir el itinerario dentro del proceso.
  5. Competencias clave, competencias del siglo XXI. El ABP trabaja tareas competenciales con un producto final; cada una de estas tareas persigue el desarrollo de una serie de competencias, con actividades encaminadas a un pensamiento profundo y eficaz al trabajar procesos cognitivos de orden superior.
  6. Investigación. Si, como hemos comentando al empezar, lo que buscamos es un cambio de rol y pretendemos que el alumno asuma un papel activo en su propio aprendizaje, el profesor debe dejar de ser un mero transmisor de conocimientos y propiciar actividades en las que los alumnos deban investigar en profundidad, desarrollando de esta forma un pensamiento científico que les permita hacer hipótesis y experimentar.
  7. Revisión y reflexión. Interesante aspecto para desarrollar el pensamiento crítico en nuestros alumnos.  Desarrollar y estimular la metacognición, impregnar el currículo de cultura del pensamiento, son aspectos indispensables para conseguir un pensamiento profundo y eficaz y alcanzar las competencias del siglo XXI.
  8. Presentar el producto final ante la audiencia, una audiencia que puede ser los propios compañeros, o incluso otras clases, familias, internet…

 

Si tuviésemos que decir tres aspectos importantes, tres aspectos clave del ABP para animar a otros docentes a modificar sus prácticas docentes ¿qué diríamos?

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Yo me quedo con estos tres:

  • Estimula el pensamiento crítico y creativo en todo el alumnado.  En la taxonomía de Bloom estaríamos, por lo tanto, en procesos cognitivos de orden superior: evaluar, juzgar, defender, criticar, concluir, crear, diseñar, planificar… favoreciendo además la metacognición.

 

  • Fomenta el trabajo en equipo, el trabajo colaborativo.  Permite trabajar de forma conjunta a todos los alumnos de la clase.  Este aspecto es fundamental para crear ciudadanos del siglo XXI.

 

  • Desarrolla el lenguaje oral de todo el alumnado al tener que presentar sus productos ante una audiencia.

¿Cuáles son tus aportaciones? 

 

Para concluir y a modo de reflexión: si queremos trabajar con proyectos es necesario redefinir nuestro papel de docente y reflexionar sobre estas cuestiones.

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Para saber más:

 

 

 

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https://www.symbaloo.com/embed/parasabermassobreabp?

TRABAJOS CITADOS:

Forés, A., Gamo, J., Guilén, J., Hernández, T., Ligioiz, M., Pardo, F., y otros. (2015). Neuromitos de educación. El aprendizaje desde la neurociencia. . Barcelona: Plataforma actual.

INTEF. (10 de Abril de 2015). No todo vale en ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos). Recuperado el 10 de Enero de 2016, de intefblog: http://blog.educalab.es/intef/2015/04/10/no-todo-vale-en-abp-aprendizaje-basado-en-proyectos/

L’Ecuyer, C. (2012). Educar en el asombro. Madrid: Plataforma editorial.

Mora, F. (2013). Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama. Madrid: Alianza editorial.

Trujillo, F. (2015). ABP. Infantil, Primaria y Secundaria. (S. G. Técnica, Ed.) Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Instituo Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF).

Trujillo, F. (30 de Noviembre de 2015). Fernando Trujillo Web&Blog. Recuperado el 10 de Enero de 2016, de Sitio web de Fernando Trujillo: http://www.fernandotrujillo.es

Vergara, J. (2015). Aprendo porque quiero. El ABP paso a paso. Madrid: sm.