Educación inclusiva

Hace tres años  asumí la dirección del CAREI y comencé a leer libros sobre Educación Inclusiva, no sólo libros, también artículos, vídeos, asistía a cursos…, necesitaba formarme, así que como hago otras veces que quiero aprender,  fui a las fuentes y comencé por leer la definición de la UNESCO (2006) que comienza diciendo:

«La educación inclusiva es un PROCESO«

¡Vaya, esto me gusta!, me dije yo.

PROCESO: La RAE lo define como 1. m. Acción de ir hacia delante

Ir hacia delante, ¡eso es lo que llevaba haciendo desde que aprobé las oposiciones!, durante toda mi carrera profesional he estado formándome, implementando nuevas metodologías no sólo en el aula, sino en el centro, convencida de la necesidad de un cambio metodológico para transformar la educación y pensando siempre en el alumnado.

¡Vaya, esto de la educación inclusiva de momento está bien! Hemos empezado bien, me dije, y en ese momento, ya en ese momento sin que yo me diese cuenta, el contagio había empezado, mis ojos empezaron a brillar y mi sonrisa a aparecer.

Así que continúo leyendo la definición de la UNESCO

un proceso orientado a responder la diversidad de los estudiantes

Aquí he de reconocer que tocó mi fibra sensible. Yo aprobé las oposiciones por pedagogía terapéutica y soy una psicóloga convencida de que la diversidad enriquece ¡y sino que se lo cuenten a mis padres!, ¡seis hijas en casa y todas diferentes!, cada una de su padre y de su madre, ¡si ya en casa había diversidad, qué  no voy a tener en el aula!

Llevo toda mi vida profesional normalizando la diversidad, aprendiendo de y con ella. Ya os podéis imaginar en estos momentos como estaba, mi ojos brillaban con más fuerza y mi corazón latía más alegremente. Esto es lo que tiene este virus.

¡Y sólo llevo una línea!

Así que retomo la definición de la UNESCO

incrementando su participación y reduciendo la exclusión en y desde la educación.” Ahora si que tuve que descansar de nuevo y coger aire, ¡me está hablando de escuelas abiertas y participativas, escuelas con valores humanos, escuelas abiertas al diálogo, a la diversidad, a la solidaridad. Escuelas abiertas a la comunidad con participación real de las familias y de la sociedad. Escuelas que empoderan a su alumnado para que tengan una oportunidad para cambiar el mundo. Estaba hablado de una concepción humanista de la educación, una visión que hace hincapié en eliminar la exclusión fomentando en y desde las escuelas valores de solidaridad, respeto, justicia, en definitiva, ¡valores inclusivos!, a estas alturas, ¡en fin! Ya os podéis imaginar mi corazón, mis ojos y mi sonrisa.

Pero todavía no había terminado con la definición, así que sigo leyendo:

Está relacionada con la PRESENCIA, la PARTICIPACIÓN y los LOGROS de todos los alumnos, con especial énfasis en aquellos que, por diferentes razones están excluidos o en riesgo de ser marginados

Otras tres palabras mágicas: PRESENCIA, PARTICIPACIÓN Y LOGROS

PRESENCIA,  significa que todos y cada uno de nuestros alumnos y alumnas están en el aula en todo momento, significa que no sale nadie del aula, significa que no excluimos ni segregamos… y de momento pensé ¿cómo?, ¿cómo puedo yo hacer esto posible?,  en mi aula y en el centro. Es difícil, no estamos acostumbrados a eso, normalmente los niños y niñas salen del aula. ¿Es esto posible?, ¿es posible que la presencia del alumnado sea real?, ¿es posible dar una respuesta educativa a todos y cada uno de nuestros alumnos y alumnas dentro del aula?

Mientras reflexiono me fijo en la otra palabra mágica PARTICIPACIÓN. Recapitulemos, tengo a todo el alumnado en el aula…, no excluyo a nadie y además lo tengo participando en las tareas que allí se llevan a cabo. ¡Perfecto!, de momento va encajando.

Sigo leyendo, LOGROS  ¿Qué entiendo por LOGROS?, habitualmente relacionamos los logros únicamente con rendimiento académico, cuando es mucho más, con esta palabra mágica la UNESCO se refiere también a comportamiento académico (conducta, asistencia a clase, tiempo dedicado al estudio…) y por supuesto a actitudes y habilidades cognitivas como atención, concentración o memoria.

Os podéis imaginar mi cabeza en ebullición continua, así que pensé, vamos a recapitular. Tengo a todos y cada uno de los alumnos y alumnas en el aula, participando y obteniendo logros. Pero ¿cómo?…, ¿es posible?

Por supuesto que es posible, se puede conseguir con actuaciones inclusivas que lleguen tanto desde la dirección del centro como de profesionales del mismo, me refiero a las políticas inclusivas de los propios centros y que constituyen su seña de identidad: decisiones curriculares y organizativas, apoyos, planes de acción tutorial… pero también lo podemos conseguir con nuestras prácticas diarias en el aula, prácticas inclusivas que deben estar basadas en metodologías activas y participativas y que se basan en un planteamiento dialógico del aprendizaje.

Creo que a estas alturas ya entendéis que esté totalmente contagiada, mis ojos brillan y tengo una sonrisa tan grande que me la ato por encima de la cabeza con un lazo enorme. Veo también que ya he contagiado a más de uno.

Una educación inclusiva, una educación para todos ES POSIBLE.

Impartí esta charla para hablar de educación inclusiva en la Jornada de presentación del Plan Marco Aragonés de Formación del Profesorado. IES Miguel Catalán. Zaragoza, diciembre 2015.

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