Diseño Universal para el Aprendizaje, un paradigma de apoyos.

Uno de los conceptos fundamentales del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) es el concepto de BARRERAS. Este concepto aparece por primera vez en educación de la mano de Tony Booth y Mel Ainscow en el Index for Inclusion o Guía para la Educación Inclusiva (1). En ella explican que «cuando los estudiantes se encuentran barreras, se impide el acceso, la participación y el aprendizaje» (pág. 44) abogando por la necesidad de anticiparlas, minimizarlas y eliminarlas.

Para los autores del DUA, Anne Meyer, David H. Rose y David Gordon, el DUA es un marco para guiar el diseño de entornos de aprendizaje y lograr que sean accesibles y desafiantes para todos (Meyer, Rose y Gordon, 2014), de forma que las nueve pautas y los treinta y un puntos de verificación constituyen un conjunto de estrategias que ayudan a diseñar planeamientos, unidades o programaciones didácticas para todo el alumnado, eliminando las barreras al aprendizaje, reconociendo y aceptando la variabilidad humana, y maximizando las oportunidades de aprendizaje para todos. Estas pautas ayudan a eliminar barreras y a garantizar un aprendizaje inclusivo, equitativo y de calidad para todos los estudiantes. (2)

El DUA es además coherente con el enfoque socio-ecológico y el paradigma de apoyos. El primer concepto, el enfoque socio-ecológico, pone el foco en eliminar las barreras que puedan aparecer cuando las demandas del contexto son elevadas y superan las competencias, habilidades y características de la persona, como vimos en la entrada del mes de enero. En ese momento, cuando hay un desajuste entre la persona y el contexto, se genera una necesidad de apoyo que puede variar en intensidad. El segundo concepto, el paradigma de apoyos, surge del mundo de la discapacidad y está asociado a la calidad de vida, el DUA ofrece la posibilidad de una planificación de apoyos universales. Ofrece entonces pautas o apoyos para el acceso, la construcción y la internalización que eliminan o minimizan las barreras:

  • Para garantizar el acceso a la información: apoyos para captar el interés, apoyos para la percepción y apoyos para la acción física.
  • Para promover la construcción del conocimiento: apoyos para el esfuerzo y la persistencia; apoyos para el lenguaje y los símbolos; y apoyos para la expresión y la comunicación.
  • Para lograr la internalización: apoyos a la autorregulación, apoyos para la comprensión, apoyos para la función ejecutiva.

Todo ellos son apoyos o andamiajes de distinto carácter que buscan evitar los desajustes que aparecen cuando las demandas del contexto, en este caso currículo, son elevadas y que se articulan desde una mirada universal.

Un ejemplo de aplicación de lo que aquí estoy explicando sería trabajar en el aula con planteamientos didácticos que favorezcan la diversificación y el andamiaje, como se puede ver en la imagen. En este caso la aplicación del DUA rompe con aulas de talla única, donde todo el alumnado hace la misma actividad, en el mismo tiempo y de la misma manera, y permite desarrollar propuestas más flexibles y abiertas para todo el alumnado.

La inclusión es una empresa compartida. Vemos la promoción del aprendizaje así como la participación y la lucha contra la discriminación, como una tarea que nunca termina, que nos involucra a todos en la reflexión y en la reducción de las barreras que hemos y seguimos creando y que generan fracaso escolar y marginación.

Booth, Ainscow (2015)

(1) Booth, T. y Ainscow, M. (2015). Guía para la educación inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y la participación de los centros escolares (3.ª ed.). FUHEM y OEI.

(2) Elizondo, C. (2022) Neuroeducación y diseño universal para el aprendizaje. Una propuesta práctica para el aula inclusiva. Octaedro

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