La educación inclusiva es un DERECHO, tal y como se contempla en el artículo 24 de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (1), pero en ese mismo artículo, en el párrafo 1, se habla también de «Desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las personas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas«, siendo por lo tanto este desarrollo también un derecho.
Y yo pregunto:
¿Ves en tu alumnado siempre la capacidad frente a la discapacidad? ¿Ves sus talentos? ¿Los desarrollas en el aula? ¿Te centras en sus fortalezas, las conoces? ¿Haces brillar siempre a todo el alumnado? ¿Ves a la persona? ¿Ves lo que puede hacer? ¿Te basas en la cultura del cuidado y del apoyo o en la cultura de la compasión y la pena?
Con respecto a este aspecto, al desarrollo de las capacidades de todo el alumnado, en el punto 16 de la Observación general número 4 (2016) sobre el derecho a la educación inclusiva (2) se habla de que «La educación de las personas con discapacidad se centra con demasiada frecuencia en una perspectiva de déficit, en su deficiencia real o percibida y en la limitación de sus oportunidades a supuestos predefinidos y negativos de su potencial. Los Estados partes deben apoyar la creación de oportunidades para aprovechar los puntos fuertes y el talento únicos de todas las personas con discapacidad».
La cuestión es cómo hacerlo. ¿Cómo puedo apoyar en el aula la creación de oportunidades para aprovechar los puntos fuertes y el talento de todo el alumnado? Los docentes habitualmente nos planteamos ¿qué puedo hacer yo en el aula para garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad que promueva y desarrolle los talentos de todo el alumnado, una educación que no se base en el déficit y que me permita crear situaciones de aprendizaje ricas para todos los alumnos? Voy a hablar de dos propuestas que están relacionadas y se complementan.
La propuesta primera es conocer al alumnado, conocer sus intereses, sus fortalezas, sus capacidades, su estilo de aprendizaje, lo que cada uno quiere y sueña, lo que necesita y desea. Esto nos servirá y ayudará, en segundo lugar, a realizar los ajustes necesarios para eliminar las barreras que les impiden ser, estar y brillar en el día a día, con sus amigos y amigas. Estos ajustes se contemplan en el Diseño Universal para el Aprendizaje, que expliqué ya en otra entrada.
El Portafolio de talento es una propuesta que Joseph Renzulli y Sally Reis (3) desarrollan en el modelo de enriquecimiento para toda la escuela y que nos va a ayudar a conocer al alumnado y ofrecerle los ajustes razonables.
Para Renzulli y Reis (2016) «cada niño tiene sus puntos fuertes o fortalezas potenciales, y nuestro trabajo en el modelo de enriquecimiento para toda la escuela (SEM) aprovecha estas fortalezas ayudando a cada estudiante a desarrollar un portafolio de puntos fuertes en tres áreas: aptitudes, intereses y estilos de aprendizaje», de forma que «los portafolios de talentos son utilizados para documentar fortalezas, intereses y talentos» (página 95)
La propuesta de trabajo es construir el portafolio de talento a principio de curso, un portafolio que puede formar parte de su expediente académico y que todos los años se vaya modificando. Habitualmente en este expediente solo constan las calificaciones y los documentos oficiales de evaluación. Toda esta información está referida siempre a los defectos, a las faltas cometidas, detecta los errores y los sanciona, se centra en lo que el alumnado no sabe hacer, en sus lagunas; esta información está basada en un modelo centrado en el déficit. De forma que con estos documentos no conocemos nunca las fortalezas de nuestros alumnos, ni sus capacidades, intereses, motivaciones, hábitos de estudio, estrategias de aprendizaje, preferencias de agrupamiento…, aspectos todos ellos que nos van a ayudar a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y a realizar los ajustes razonables adecuados para que todo el alumnado pueda desarrollar siempre todo su potencial, tal y como se contempla en el artículo 24 de la Convención.
Los ajustes están referidos a la persona y difícilmente podemos realizarlos de forma adecuada si no la conocemos. No debemos confundir ajustes con accesibilidad, aunque ambos son un derecho y los dos conceptos son dinámicos y requieren adaptaciones periódicas; los ajustes están referidos a la persona, como hemos dicho y la accesibilidad está dirigida a más usuarios.
El objetivo de este Portafolio de talento es conocer los intereses y estilos de aprendizaje de todo el alumnado para realizar los ajustes razonables basándonos en el DUA. De tal forma que al conocer sus intereses somos capaces de proporcionar múltiples formas de implicación y de motivación, como vimos en la entrada anterior que se hablaba del Diseño Universal para el Aprendizaje (4).
Toda la información que nos ofrecen los estilos de aprendizaje nos servirá para proporcionar múltiples formas de representación, porque no todas las personas percibimos y comprendemos la información igual, y múltiples formas de acción y expresión, de forma que se permito a cada estudiante interaccionar con la información y ser capaz de demostrar el aprendizaje de acuerdo con sus propias habilidades estratégicas que previamente conoce.
Esta propuesta es un paso hacia una educación inclusiva, equitativa y de calidad y permite, como nos dice el Código Deontológico (5) de la profesión docente (2010) «promover la formación integral del alumnado a través de una atención personalizada y una relación de confianza que contribuya a fomentar la autoestima, la voluntad de superación y el desarrollo de las capacidades personales».
(1) Artículo 24 de la Convención Internacional de los Derechos de las personas con discapacidad, que España aprueba y ratifica, pasando a formar parte de su ordenamiento jurídico. España se compromete así a cumplirla, observarla y hacer que se cumpla.
(2) Observación general número 4 (2016) sobre el derecho a la educación inclusiva, elaborada y difundida por el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad el 25 de noviembre de 2016, que puede leerse entera en esta entrada del blog Accesibilidad e Inclusión, de José Alfredo Espinosa.
(3) Renzulli, J., & Reis, S. (2016). Enriqueciendo el currículo para todo el alumnado. Madrid: Ápeiron Ediciones.
En el Blog Gestión de Talento, Roberto Ranz explica en qué consiste el Portafolio del talento en dos entradas.
(4) Recomiendo esta entrada colaborativa del Grupo de Trabajo “OrINCLUSIVA” sobre el Diseño Universal para el Aprendizaje.
(5) Código deontológico de la profesión docente, aprobado por el Pleno del Consejo General de Colegios oficiales de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y Ciencias, en su sesión del 6 de noviembre de 2010.
Super la información, cómo siempre muy completa y de fácil entendimiento.
Un abrazo.
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